Es la carta de presentación de todo vendedor, y aunque algunas veces parezca espontaneo, por norma general está estructurado de una manera determinada y planeado para cubrir ciertas expectativas.
Esto se hace porque a la hora de mantener conversaciones profesionales y en las que te estás jugando una venta y la imagen de tu empresa, tendemos a ponernos algo nerviosos llevándote esto a que resultes repetitivo, no sepas avanzar o reaccionar durante la conversación, aburras al cliente o que al final no cumplas el cometido para el que fue concertada la reunión.
En la elaboración de esta conversación se tiene que tener en cuenta a quien va dirigido y que propósito queremos lograr.
Una vez claros y definidos los objetivos toca ordenarlos de forma atractiva y comercial.
Aconsejo siempre comenzar rompiendo el hielo, ya sea con alguna anécdota, o algo gracioso para olvidar las tensiones de un primer momento.
A continuación una breve síntesis del motivo de porque estas allí. Digo breve, porque así le dejamos con dudas, mantenemos el interés de la otra parte consiguiendo que nos preste atención, y porque nuestro objetivo es interaccionar con el cliente, no soltar un monólogo y que se nos quede dormido.
Siempre es positivo que a la hora de presentarles el producto o servicio llevemos un soporte visual, será un apoyo complementario para ayudar a la venta.
El siguiente paso es preguntarle las necesidades que le han llevado a mantener dicho encuentro.
De este modo el cliente se siente escuchado, tenido en cuenta, tiende a relajarse y coge confianza hablando más abiertamente de sus dudas o preocupaciones.
Llegados a este punto, le presentaremos nuestro producto o servicio de forma clara y concisa.
Una vez presentado, lo que se debe hacer es fijarse en las reacciones de la otra parte, comportamientos, gestos e intentar tomar el control de la situación mostrándole la empatía que sientes.
Si confías en lo que haces y preparas el speach de forma adecuada, no habrá venta que se te resista.
“La esencia del impacto es decir las cosas de la forma en que otros jamás las han dicho” William Bernbach.