Si tuviera que elegir entre todas las etapas del proceso de venta, sin duda alguna me decantaría por la negociación.
Es el momento en el que enseñas tus cartas y realizas la jugada que tanto tiempo llevas planeando, es cuando demuestras realmente la valía del trabajo realizado, la capacidad de diálogo, debate y negociación que se posee frente al adversario.
Es el momento clave en el que tenemos que tener en cuenta los siguientes aspectos.
Preparación, siempre presente, porque el haberse informado sobre lo que se va a tratar da un punto de ventaja; ayudando esto a tener claros los objetivos, los pasos a seguir para lograrlo, los aspectos en los que podemos ceder a lo largo de la negociación y también nos ayudará a descubrir las necesidades del cliente.
Discurso, debemos saber desde un principio que todo el mundo va a intentar negociar y luchar por satisfacer sus intereses. Debemos estar atentos e intentar no desviarnos de los temas que le interesan al cliente, siempre satisfaciendo sus necesidades.
Señales, la observación tanto de gestos, actitudes o del ámbito que le rodea durante la reunión es crucial ya que nos puede dar información extra, volviendo a estar un paso por delante.
Cierres, se podrían clasificar en dos tipos; por concesión, que equivale a terminar ofreciendo un descuento rebaja o beneficio para conseguir el acuerdo o con resumen, haciendo una síntesis de todo lo acordado, dándole importancia a los aspectos ventajosos que nos diferencia de la competencia.
“En las batallas te das cuenta que los planes son inservibles, pero hacer planes indispensable” Dwight E. Eisenhower